PABLO DE TARSO CARTA A UNA JUNTA DE HELENIZADOS CELTAS GÁLATAS: EN BUSCA DE UN MUNDO DISTINTO.
La CARTA A UNA JUNTA DE HELENIZADOS CELTAS ofrece una nueva traducción de esa misiva de PABLO DE TARSO conocida, en título corto, por GÁLATAS. Escrita en un delicioso griego coloquial, plantea una osada iniciativa que, inimaginable entre las ordinarias de dirigentes encumbrados, ha recibido disímiles y, con harta frecuencia, parciales interpretaciones. En la epistolografía clásica, este texto paulino destaca como uno de los más apasionados y apasionantes, lleno de una gracia menipea que, a la luz de papiros y códices de ecdótica fiabilidad, esta edición expone sin desleír. Procurando el mayor esmero filológico y justificada verso a verso, la presente traslación se acompaña de un estudio que contextualiza la carta, esclarece controvertidos pasajes y extrae testimonios sobre Pablo hasta ahora inadvertidos. Con ánimo de que hermanen puntos de vista Oriente y Occidente y de que abran las puertas de su inseguro retablo sin el crujido de costumbre, instala la voz paulina para ellas, en vera imagen de un inocente ajusticiado, un ideal gozne nuevo del todo.
A través de EN BUSCA DE UN MUNDO DISTINTO, se quiere restituir el originario relieve epistolar de personajes e historia y señalar a los gentiles lectores, sean expertos o no, la perspectiva del resuelto camino de Pablo hacia la libertad. Bien mirado, el escrito de Pablo a unos confusos asambleístas celtas pone los cimientos de una δημοκρατία τοῦ χριστοῦ o ―siendo ya las páginas interiores de este libro las que excaven en el nada banal sentido de esa locución griega― las bases para otro tipo de sociedad auténticamente humana.
Nº PÁGINAS Y TAMAÑO
370 páginas
17x24 cm
AUTOR
Jorge Manrique Martínez
ISBN / ISSN
9788412299106
IDIOMA
Español
PVP
25€
ENCUADERNACIÓN
Rústica
JORGE MANRIQUE MARTÍNEZ.- Vallisoletano. Catedrático de Lengua y Literatura. Adscrito a esa confinada legión de emeritii de la tiza que, sin más enseña y ὡς οὐκ ἀέρα δέρων “no como quien anda echando la zarpa a nebulosos vapores”, persisten dando la batalla en campos de pluma. Desde finales del otro siglo, distante o próximo según se mire, se ocupa de investigar una gran colección—la Biblia, sobre todo las obras neotestamentarias y, singularmente, el Libro de los Hechos y el epistolario paulino— cerniendo a cada paso principios y praxis. En paralelo y en el ya largo recorrido, se ha aplicado a las letras áureas, románticas y de algún que otro autor moderno, si bien al arrullo del incesante manadero de las clásicas. De tan estrafalario apunte curricular, casi que ni se arrepiente. Con quedar allí, allá lejos, la entrega a la política y a la poesía del hispano-luso Marquês de Alenquer, sigue fijo en ese verso amatorio que convirtió en fulcro de todos sus tanteos y que ahora, por cosas del destino, le hace confesar de cara a Pablo: «Hasta llegar a vos,fueron ensayos».
Contraportapa: QUIÉNES SON DE VERAS LOS NUESTROS? ¿A qué vienen entonces tan brutos antagonismos y qué ocultan en el fondo?
¿Cómo se llega a degradar la palabra en un debate? ¿A costa de qué y de quiénes? ¿Cuáles son, cuando en serio las hay, las doctrinas que se lucen? ¿Llevan tramoya o realidad? ¿Desde qué principios puede asentarse un diálogo donde sordos intereses particularistas no tengan un ventajoso puesto? ¿Será lo mejor ir a zaga de la corriente o remar en su contra? ¿Adónde apunta el rumbo y qué ola de hechos mueve a tomarlo? ¿Se trazó a golpe de revividos rencores que encienden otros o al libre aire de un horizonte humano compartido? ¿Da mayor resguardo arrimarse al sol que más calienta o salir a solas y sin otra luz ni guía sino la que arde en el corazón?
Nadie se salva de tales preguntas, pues tocan por entero al camino y a la meta que cada cual, en organizado grupo o como persona aislada, dé a su conducta y al género de vida que se pretenda modelar: el de un medroso esclavo, el de un siniestro esbirro o el de quien se siente dentro y fuera muy dueño de sí. Ante aquella catarata de cuestiones, formula respuestas bien juiciosas una carta inopinadamente recibida a mediados del siglo I p.C. por unos agitados asambleístas celtas reunidos en sesión extraordinaria. Para su época y, no menos, para la actual, esa misiva de PABLO DE TARSO urge a fijar el centro de toda polémica en qué sentido tiene el sufrimiento, en ir a sus enmarañadas raíces y, por cuanto de cada uno dependa, en su erradicación con miras al bien común.
Junto a la traslación de GÁLATAS, el estudio En busca de un mundo distinto sale a reconocer su trasfondo epistolar y hermenéutico desde la declarativa frase de su v.6,9. Del minucioso cotejo de variantes de lectura sobre los primitivos textos custodios, se desprenden infinitos disentimientos entre la carta remitida y la epístola que ha sido propagada: son ellos, justamente, el acicate para someter aquí una nueva traducción acorde y, en la voluntad, fidedigna al máximo. Aun mostrando los renglones de Pablo vinculación a lo bíblico, inconcusa, y a otras letras qumrámicas, damascenas u orientales, se exhibe que todos ellos discurren empapados en la proteica cultura helenística, sin la cual su lección quedaría fuera de ambiente e incluso mutilada. Con datos del autor hasta hoy ignotos, dejará sentir el documento, si no se cierran los oídos, el son de un incitante refrán grecorromano y de su coda: «Atrévete a razonar, ¡empieza!